Hacía tiempo que me interesaban en concreto dos montes de Picos de Europa: Torre Blanca (2.619m), por ser la cima más alta de Cantabria, y Llambrión (2.642m), por ser tradicionalmente considerado el más alto de León (aunque lo es Torre Cerredo por ocho metros más). Ya había hecho Torre Cerredo anteriormente, así que subiendo estas dos cimas, que además están bastante cerca una de la otra, podría tachar dos provincias de mi lista. Y para hacerlo un poco más interesante, había visto que existe una cresta que une Torre Blanca con Tiro Tirso (2.641m) y que luego desciende hasta la falda del Llambrión.
No queríamos cometer de nuevo el error de andar faltos de tiempo, así que el viernes por la noche llegamos a Espinama, un pueblo a escasos minutos del Parador de Fuente Dé. Dormimos plácidamente en el albergue Briz, en el que el dueño nos trató como si fuéramos familia, y tras un buen desayuno al día siguiente, cogimos temprano el primer teleférico en Fuente Dé. Íbamos bastante cargados con sacos de dormir y cuerdas. Comenzamos a ascender tranquilamente hacia Cabaña Verónica (un pequeño refugio de montaña construido con la torreta de cañón de un acorazado). El día salió excelente. Llegamos allí sin contratiempos y preguntamos a los dos guardas si había sitio para dormir. Allí no cabe mucha gente, tal vez siete personas apretadas, por lo que no teníamos mucha esperanza de encontrar sitio y la segunda opción era hacer vivac. Pero nos dijeron que sí había sitio, así que dejamos unas cuantas cosas allí y continuamos hacia Torre Blanca. La subida es pronunciada en su parte final y en algún momento nos apartamos algo del camino y tuvimos que destrepar para retomarlo, pero por lo demás también fue una subida sin contratiempos. Es un monte muy bonito y el día seguía espléndido. Con nosotros también subía un grupo de unas cinco personas. En la cima descansamos un rato y enseguida nos pusimos arnés y casco para comenzar a hacer la arista.
La arista es bastante impresionante. Las paredes a los lados son de varios cientos de metros y el ambiente general es muy aéreo. Además, la roca está muy descompuesta en muchos tramos, lo que no aporta mucha seguridad. Hay que realizar un par de rápeles, el segundo de ellos de unos treinta metros desde una pequeña cornisa que impresiona bastante. También hay un pequeño paso de IV que resulta sencillo, pero que da mucho respeto porque está muy expuesto. Tras llegar a la cima de Tiro Tirso, cuando parece que la arista ya está superada, la bajada hasta la base del Llambrión es todavía delicada.
Tuve un pequeño incidente en la arista. Tras finalizar el segundo rápel, nos detuvimos en un estrecho paso y guardé la cuerda en la mochila. Al saltar de nuevo a la pared para continuar por el borde, la diferencia de peso en la mochila hizo que perdiera el equilibrio y me vi literalmente despegado hacia atrás. Al ver que no podía hacer nada para pegarme a la pared de nuevo, decidí saltar y caer directamente en el suelo del estrecho paso en el que nos encontrábamos. Paula se quedó petrificada. Afortunadamente no ocurrió nada, pero en cualquier otro momento no lo estaría contando. Aunque es cierto que si la situación hubiera sido más peligrosa me hubiera movido con más cuidado, es una experiencia a tener muy en cuenta en el futuro.
Desde la base del Llambrión deliberamos sobre cuál de los caminos podría ser el mejor para subir y nos decantamos por una especie de pedregal en un cortado que nos llevó sin complicaciones hasta la parte superior. Desde allí seguimos hacia la izquierda bordeando la cresta, en algunos tramos todavía algo delicada, hasta llegar a la cima del Llambrión. Después de unas fotos, bajamos por el mismo camino hasta la base y de ahí seguimos el sendero habitual hasta Cabaña Verónica.
En Cabaña Verónica había muy buen ambiente. Un grupo había montado una tienda en la parte de fuera y otras dos parejas iban a pasar la noche en el refugio. Estuvimos cenando algo, charlando y riéndonos antes de acostarnos. El refugio es muy peculiar. El interior tiene unos nueve metros cuadrados y lo administran dos pintorescos guardas que se comportan entre ellos como un matrimonio gruñón bien avenido. A 2.325 metros de altura, es el refugio guardado de mayor altitud de la península. Dormimos en un espacio muy reducido pero plácidamente hasta el amanecer.
Para aprovechar el día siguiente habíamos decidido hacer una escalada clásica, la vía Espolón Rojizo (150m, A.D.sup., V) al Santa Ana Occidental (2.601m). Cogimos todos los trastos y nos dirigimos hasta la cima de la Torre de los Horcados Rojos (2.506m). Desde allí uno de los guardas nos dijo que había un camino de bajada. Paula se empezó a poner nerviosa al ver que no había exactamente un camino de bajada, sino una serie de destrepes y pasos por pedregales. Estuvo refunfuñando todo el camino, e incluso en algún punto la tuve que ayudar en algún paso. Tenía miedo de que finalmente se echase atrás, pero cuando llegamos a pie de vía dejó de protestar. Había dos parejas ya allí con las que prácticamente subimos juntos. De hecho, en alguna ocasión utilicé sus seguros para pasar nuestra cuerda. Cosa que no vino mal, porque la roca era mucho de friends y yo no encontraba puentes de roca o fisuras para meter los fisureros.
La vía no es complicada, pero reconozco que por esa razón pequé de meter pocos seguros, lo cual no es nada correcto ya que una caída hubiera sido de muchos metros y muy seria. Llegados a un punto, existe una variante sencilla a la izquierda que estaba ocupada por el otro grupo, así que decidí tirar por la más complicada de la derecha, que es simplemente un V grado. Ahí Paula se atascó, pero afortunadamente el grupo le echó una mano y pudo continuar. Llegamos a la cima todos juntos y allí comimos algo antes de bajar por el camino habitual. Nos despedimos para ir a recoger los trastos que habíamos dejado a pie de vía, caminamos hacia el Collado de la Canalona y desde allí bajamos hasta dar con el camino normal por donde volvimos tranquilamente hasta el teleférico.
Un fin de semana muy bien aprovechado en el que ha quedado de manifiesto la contundencia y majestuosidad de los macizos rocosos de Picos de Europa al verlos sin nieve.
Notas
- No recuerdo exactamente el precio, pero sí recuerdo que el alojamiento y el desayuno en Cabaña Verónica resultó especialmente barato, sobre todo teniendo en cuenta que todo lo que allí se consume hay que llevarlo a la espalda desde el teleférico, a unas dos horas de distancia.
- Para la vía clásica utilizamos una única cuerda de 70 metros. En caso de haber subido solos, en el momento en que Paula se atascó hubiera sido muy complicado (o imposible) descender hasta ella. Dos cuerdas en doble resultan imprescindibles para este tipo de vías.
- La vía Espolón Rojizo no tiene absolutamente ninguna equipación. Lo único que encontramos fueron puntualmente un par de cordinos, aunque las reuniones son evidentes.
Croquis
Cresta de Torre Blanca a Tiro Tirso. El segundo rápel es bastante impresionante. La zona siguiente, marcada como “roca mala”, es donde tuve el incidente. La zona marcada como “clavo” es el paso muy expuesto. La bajada desde Tiro Tirso, aunque marcada como II+, es aún bastante delicada. (Fuente: ver Referencias)
Vía Espolón Rojizo al Santa Ana Occidental. En la bifurcación elegimos los pasos de la derecha. No hay nada equipado en toda la vía, aunque el camino a seguir resulta evidente y las reuniones también. (Fuente: ver Referencias)
Galería de fotos
Referencias
- Cabaña Verónica Picos de Europa — Página web del refugio.
- Torre Blanca (2.619m) — Descripción del Torre Blanca en Mendikat.
- Torre Blanca – Tiro Tirso — Descripción de la cresta desde Torre Blanca a Tiro Tirso.
- Tiro Tirso (2.641m) — Descripción de Tiro Tirso en Mendikat.
- Llambrión (2.642m) — Descripción del Llambrión en Mendikat.
- Torre de los Horcados Rojos (2.506m) — Descripción de la Torre de los Horcados Rojos en Mendikat.
- Picos de Europa – 100 Vías de Escalada (Miguel Ángel García Crespo), págs. 216-217 — Descripción de la vía Espolón Rojizo.
- Picos de Santa Ana (2.601m) — Descripción del los Picos de Santa Ana (Oriental y Occidental) en Mendikat.
Deja un comentario